Motivo de este Diario
Mi nombre es Stefani Chance y tengo 17
años. Nací en Manhattan, Nueva York.
Cuando solo tenía
12 años mi padre se marcho de casa y al cumplir los 13 me envió un regalo, ese
regalo era un Diario precioso en el que dentro había una carta en la que me
decía que cada día que pasaba me echaba más de menos, que me quería muchísimo y
en la que decía que no me preocupara y tampoco me sintiera culpable por que el
se hubiese marchado. Al final de la carta me escribió el significado de este
diario, en el que me decía:
- Mi hija
preciosa, te habrás preguntado cuál es el motivo de este regalo que con tanto
cariño y aprecio te mando. En el quiero que escribas cada momento
especial, feliz y triste, cada preocupación que tengas, cada deseo que por
motivos difíciles no he podido compartir junto a ti, espero volver a verte sonreír
como cuando tenías 5 años e íbamos a jugar al parque, tu y yo solos. Te prometo
que algún día, cuando seas mayor, pasaré a buscarte, me sentaré a tu lado para
que me leas cada una de estas paginas y me pueda arrepentir de no haber estado
junto a ti. Eres lo mejor que me habría podido pasar en la vida, muchos besos y
Feliz Cumpleaños.
Te quiero mucho, Papá .
Jamás hice caso a lo que me escribió,
porque a pesar de haberme explicado todos los motivos me costó demasiado poder
perdonarle que se marchara y me dejara atrás.
Un día, sin saber cual fue el
motivo, al llegar del instituto miré fijamente el diario y pensé en hacer caso
a mi padre y empezar a escribir todo aquello que me pasaba día tras día y así
comencé, cada día que escribía deseaba más y más que mi padre llegará a buscarme
para contarle todo aquello que me ocurría a cada momento. Después de tantos
años, era el momento de perdonar los errores del pasado y poder mirar el futuro
sin complicaciones ni ataduras.
Un día, sin saber cual fue el
motivo, al llegar del instituto miré fijamente el diario y pensé en hacer caso
a mi padre y empezar a escribir todo aquello que me pasaba día tras día y así
comencé, cada día que escribía deseaba más y más que mi padre llegará a buscarme
para contarle todo aquello que me ocurría a cada momento. Después de tantos
años, era el momento de perdonar los errores del pasado y poder mirar el futuro
sin complicaciones ni ataduras.